martes, 18 de febrero de 2014

Los Caprichos

 
 
En 1799 Goya realiza la serie de ochenta estampas grabadas al aguafuerte y aguatinta de Los Caprichos. En ellas, explorando la realidad de su entorno y observando con un ojo crítico excepcional los problemas del mundo que le rodea, fustiga las injusticias sociales, el abuso de poder, la hipocresía, la ignorancia del clero y en general los vicios y corrupciones.

El grabado titulado El sueño de la razón produce monstruos, concebido como portada de la serie, puede entenderse como un reconocimiento de la complejidad de la condición humana, que no sólo está hecha de razón sino también de sinrazón.


La interpretación inicial fue la de ver a los Caprichos como una crítica fuerte a la época del momento, en algunas ocasiones de forma general y en otras más concretamente a instituciones o personas como Godoy y la monarquía. Fruto de estas interpretaciones son los comentarios manuscritos en las estampas, ejemplo de ello es el ejemplar conservado en el Museo del Prado que pertenecía a Juan Agustín Ceán Bermúdez, amigo de Goya.
 
 
Precisamente esa crítica encubierta a instituciones como la Inquisición puso en peligro a Goya, que regaló las estampas grabadas a Carlos IV para evitar mayores problemas.
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario