martes, 18 de febrero de 2014

Las pinturas negras

Tras la derrota napoleónica y la entronización de Fernando VII, Goya pasó por un proceso político de depuración y continuó conservando su puesto en la corte real. Sin embargo, ya es visto con desconfianza en esta por su pasado liberal y va encerrándose cada vez más en si mismo y apartándose de la vida pública.
 
En 1823 tras una grave enfermedad, se recluye en su casa de campo, llamada "La Quinta del Sordo", que decora con las pinturas negras, realizadas al óleo sobre yeso, posteriormente trasladadas a lienzo, y llamadas así tanto por sus colores predominantes, negro, castaño, verdoso, blanco "sucio", como por su tono sombrío y pesimista.
 
El dolor, el mal, la amargura, lo demoniaco y lo irracional están presentes en estas composiciones enigmáticas de difícil interpretación, que nos muestran a un Goya visionario en sus años de vejez.
 

 
 
 
Destacable son también Saturno devorando a un hijo en una imagen de fuerza expresionista aterradora, y el Perro semihundido, donde la síntesis formal, la extrema sencillez y lo hermético de su significado lo sitúan en la modernidad.
 
 
 
 
 
 
 
 
 


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